Los mataderos municipales funcionaron en Gran Canaria hasta el año 1997. Siendo el de Las Palmas de Gran Canaria, el que realizaba la mayor parte de los sacrificios de animales para el consumo en la isla.
A medida que las normas comunitarias se fueron haciendo más estrictas, se dio un plazo temporal para que los mataderos de las Islas Canarias se adaptaran a la regulación de la Unión Europea.
A la vista del elevado desembolso económico que suponía la adaptación a los requisitos sanitarios y de acuerdo con el bajo volumen de sacrificio total de la isla de Gran Canaria, el Cabildo Insular de Gran Canaria decidió insularizar el servicio, creando, como en cada una de las islas de Archipiélago canario, una única instalación insular destinada a matadero.
En 1997, agotados los plazos impuestos por la Unión Europea, se procedió al cierre de todos los mataderos municipales de Gran Canaria. Sin embargo, el servicio del matadero insular de Gran Canaria, a la espera de entrar en funcionamiento, aún pasó por una etapa de gestión indirecta con la participación de las empresas ‘Mataderos e Industrias Cárnicas S.L (1997-2000), Sialsa (2000-2005) y Vanyera S.A. y Atlántico 7 S.L. (2005-2009).
Sector pecuario en retroceso
Los últimos tiempos del sector pecuario en Gran Canaria han estado dominados por fuertes retrocesos. Retrocesos impuestos por la falta de perspectivas profesionales, sin relevo generacional en las explotaciones ganaderas, con costes de explotación demasiado altos para hacerlas viables.
Los precios al alza de los piensos de los animales, las crisis alimentarias generadas por las enfermedades del ganado, la caída del consumo local de carne fresca sustituida por la congelada importada, las trabas administrativas o la baja cualificación profesional del sector ganadero son algunos de los factores que han incidido en la reducción de la actividad pecuaria en la isla de Gran Canaria.
Bajo este panorama, el Cabildo de Gran Canaria, con su política de recuperación del sector ganadero de los últimos años, ha tenido una contrapartida coherente en el trabajo desarrollado desde la entidad Mataderos Insulares de Gran Canaria.
Una entidad que controla y regula el sacrificio de animales para consumo humano en la isla de Gran Canaria bajo las mejores condiciones sanitarias y veterinarias, pero que, con sus nuevas atribuciones, también se ha convertido en un valor añadido para el sector ganadero insular.