Mataderos Insulares de Gran Canaria pondrá en marcha, a partir del próximo lunes día 31 de agosto, un protocolo para la COVID-19 de carácter preventivo en la industria.
El protocolo de actuación se adaptará a todos los servicios y representa una respuesta proactiva ante el repunte de casos de COVID.
El plan, que ha sido debatido y consensuado en el Comité de Seguridad y Salud de Mataderos Insulares, contempla tres fases.
Fases que han sido identificadas con colores, amarillo, naranja y rojo, para determinar situaciones de menor a mayor incidencia, y de acuerdo con el grado de afectación de la COVID-19 a los trabajadores y a los servicios de Mataderos Insulares.
Se trata de un modelo de control dinámico del personal y de los espacios de trabajo, con seguimiento constante y con garantías técnicas sanitarias.
Un plan que permitirá mantener operativos los servicios y la producción de las plantas en todas las situaciones posibles que surjan como rebrotes de la pandemia, al tiempo que garantizará el faenado de carnes en una industria considerada estratégica para la isla por el Cabildo de Gran Canaria.
Las tareas diarias de faenado de carnes en las dos plantas de Mataderos Insulares de Gran Canaria son, en todos los casos, presenciales, no pueden desarrollarse sin la participación de operarios. Razón por la que es necesario un protocolo bien estructurado que permita proteger a los trabajadores y a los servicios.
Fase amarilla
El próximo lunes día 31 de agosto, los dos mataderos de Mataderos Insulares, el General y el de Aves y Conejos, entrarán en fase amarilla de manera preventiva.
Los trabajadores de ambas plantas formarán ‘grupos burbuja’, o subgrupos, de 4 ó 5 operarios, que convivirán en departamentos y zonas de trabajo de manera independiente sin contacto con los demás compañeros.
Cada matadero tendrá cuatro ‘grupos burbuja’, cuatro en el de Aves y Conejos y otros tantos en el Matadero General. Dos subgrupos, también segregados, estarán constituidos por personal de administración y del servicio de limpieza.
Mataderos Insulares ha previsto de la misma forma un sistema de control de mercancías con acceso señalizado del que será responsable el personal de seguridad privada de la industria. Los accesos de los proveedores seguirán igualmente un protocolo de seguridad.
Fase naranja
En el caso de detectarse algún positivo COVID entre los trabajadores de los ‘grupos burbuja’, se activará la fase naranja en la planta donde trabaje el operario afectado. En ese caso, el subgrupo afectado se desactivará y se enviarán a los cuatro o cinco trabajadores a sus domicilios donde las autoridades sanitarias les harán un seguimiento de salud.
El resto de trabajadores de la planta afectada pasarán pruebas PCR regulares como medida preventiva para confirmar que no están infectados. El grupo de los trabajadores no afectados de la planta se hará cargo de las tareas de sus compañeros dados de baja con la intención de que la actividad de la industria no se vea comprometida.
En el caso de que los miembros del servicio del limpieza se vieran afectados por el virus, Mataderos Insulares ha previsto la sustitución de la empresa que presta el servicio por otra con la finalidad de garantizar la continuidad y el rigor de las tareas de sanitificación consideradas también como prioritarias.
Además, se establecerán turnos alternos de mañana y tarde para los distintos mataderos con servicios de desinfección entre las diferentes jornadas de trabajo y se optimizará el uso de espacios comunes.
Fase roja
Mataderos Insulares activará la fase roja cuando se hayan detectado brotes en varios ‘grupos burbuja’. En ese caso, todos los trabajadores de la planta afectada pasarán también a confinarse en sus domicilios bajo el control de las autoridades sanitarias.
Así, podría darse el caso de que el Matadero estaría en condiciones de seguir operando con una única planta libre de brotes COVID manteniendo todas las garantías sanitarias y de seguridad para los trabajadores.
El plan de actuación preventiva de Mataderos Insulares permite retroceder en las fases en la medida que trabajadores afectados vuelvan recuperados a la industria y se recompongan los ‘grupos burbuja’.